martes, 16 de octubre de 2012

¿Qué han hecho con mi puerto? se pregunta Neruda

"Cuando el viento salado sople a nuestro favor y por tus escaleras no camine el dolor, cuando tus ascensores se dejen de llorar por los que un día zarparon con ansias de olvidar" Aunque parece sólo una canción y una rima poética dedicado al otrora puerto principal, los versos de Valparaíso Eterno son, sin duda, el fiel reflejo de lo que cientos de porteños llevan guardados en sus corazones y en sus miradas cabizbajas que sólo saben dirigirse al suelo porque han olvidado la gloria que circunda las alturas de una ciudad de ensueño, de un paraíso terrenal que se difumina en un pasado que no retorna.

Oh Valparaíso puerto de ironías, en tus desordenadas calles se pierden, se hacen y reinventan los amores, las pasiones y las lágrimas de cuanto loco navegante del mundo sucumbió a tus encantos de mujer hechicera, quién no se ha embriagado en una noche de estrellas sentado en algún mirador, la copa de vino, la conversación ligera, los ojos llameantes... ya Neruda quisiera retornar de su tumba para por última vez amarte la noche entera.  Pero oh mi amado puerto, que diría el poeta de las escaleras revueltas si pisara tus calles en esta primavera, qué pasó con la vida, la alegría, la entrega, dónde quedó la vocación del artista, del pintor, quién le robó la sonrisa a la muchacha porteña.

¿Qué han hecho con mi amante mimada? diría Neruda al ver a los trolley envueltos en el dolor del gigante que ve como por unas cuantas monedas venden el alma del que un día fuera la más preciada estrella chilena. Oh poeta de los sonetos que dirías si vieras hoy a tu Valparaíso envuelto en papeles que venden y compran el voto de aquellos que cansados de soñar con una ciudad patrimonial, están entregados a vivir el dolor de la cotidianidad de un cerro alegre que por muchos arreglos,negocios y mecenas se niega a volver a sonreír mientras su puerto no vuelva a ser lo que era.

Devuélvanme la vida se escucha gemir a un puerto que lucha por sobrevivir, entre los carteles de un viejo alcalde que con sus calles de niños, sus circos y su mafia ligera vendió cada parte de nuestras escaleras, que vuelve a ayudarnos se ríe don Memorario, el legendario compañero de Lukas, desde los altos de un campanario. ¿A ayudarnos a qué? no le bastó con vendernos, con dejarnos de herencia la basura diaria de cada calle porteña, no le bastó a caso con dar el punta pié inicial de un mall que hoy pretende robar al puerto lo que es del puerto.

No puedo hacer nada replica el político, es un problema estructural que requiere de un cambio profundo, ja y me llaman asesino a mi suspira Emile Dubois  desde Playa Ancha, "vaya si la pobreza es un problema estructural, de una estructura piramidal donde los de antes y los nuevos se reparten la torta de los fondos de la UNESCO, donde esos que luchan en las calles con carteles y palabras, años atrás disfrutaban de grandes viajes y esas regalías tan especiales que llenan de avaricia los ojos de los politiqueritos de este país... Y me llaman asesino a mi -dice Dubois- qué nombre entonces reciben ustedes que cortan, cercenan,venden, trafican, ignoran y ocultan la vida, las calles, la historia y el alma de Valparaíso, qué nombre reciben ustedes que en nombre del dinero y el poder, le vende su alma al diablo y luchan día a día por venderle el alma de Valparaíso a cualquier diablo que mejor pague por ella.

Que triste vas Neruda subiendo a tu Sebastiana, ¿aún amas a Valparaíso cuánto es y cuánto encierra? votarías tú Neruda por alguno de estos, eliges al de antes con sus promesas brillantes de más circo para el pueblo, de más llantos escondidos, o acaso te inclinarías por ese que dice ser una buena persona pero que viene ligado al pasado del mismo que hoy vuelve después de 8 años...¿Qué hacemos Neruda para evitar este dilema? Salva a tu amante o danos al menos una quimera a la que aferrarnos...

Cansado el poeta mira su estatua en cerro Florida, y junto a Gabriela comenta: No olviden la historia, miren siempre a su pasado, no permitan que palabras fútiles les corten el alma de lo que son. No hay político, no hay política, no hay poder, ni dinero capaces de sobrepasar el poder de la poesía, de la palabra unida, del arte entregado a la unión fraternal, no olviden su historia porteños, porteñas, no dejen que el mal vuelva a su sillón para regalar por moneditas lo que antes no alcanzó a vender, estrechen sus manos y escriban tranquilos, marquen con letra un NUNCA MÁS a esos que creen que la belleza del puerto se puede comprar... Valparaíso mi amante hechicera volverás a brillar en otras primaveras, creo en ti, creo en tu fuerza, en tu magia bohemia  y creo por sobre todo en las piernas seguras de esa mujer porteña que escalando los cielos y luchando contra el viento le sonríe al mundo porque sabe en secreto que esos ángeles borrachos que un día te dibujaron vuelven de cuando en cuando a salvarte de las garras del poder humano".

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