jueves, 19 de junio de 2008

EDUCACIÓN EN CHILE: Una Herencia Vergonzosa: Una Deuda Deshonrosa

“Gobernar es Educar”
(Pedro Aguirre Cerda – presidente de Chile 1938 -1941)

Partamos de la premisa que la educación debe ser entendida como una relación dialéctica de interacciones sociales, en donde todos los actores que participan en ella juegan un rol trascendental- siendo ésta un proceso al menos bidireccional y con todo multidireccional- la influencia de unos y otros en conjunto con las interrelaciones socioculturales se reflejan o deberían reflejarse en este fenómeno, que en palabras de Confucio tendrían que permitir que “no hayan distincion(es) de clases”. Sin embargo, la experiencia empírica nos confronta con una realidad que está lejos de ser alentadora.

Al hablar de educación son diversas las aristas que debemos abordar, en una primera instancia se hace necesario hacer mención al acceso equitativo a la educación y a la gratuidad de ésta, contrastándola al mismo tiempo con la calidad de la misma. Pero también se debe tomar en cuenta un aspecto que hoy por hoy, y según la opinión de muchos expertos, es la base del problema en muchos países en vías de desarrollo, me refiero al binomio educación como derecho versus educación como negocio.





El Mercado Educativo: Una herencia dolorosa

Los chilenos nuevamente somos testigos privilegiados de esta dicotomía, y es que:

“hay que considerar que el retorno a la democracia en nuestro país no implicó (necesariamente una) ruptura con todas las orientaciones, restricciones y regulaciones establecidas durante el régimen militar, que vivimos conjuntamente con la etapa de explosión de la revolución científico tecnológica, en que grandes empresas económicas de los países centrales se transformaron en empresas financieras transnacionales, apoyándose en las redes comunicacionales generadas por el empleo del computador. Ellas marcaron el paso súbito a la globalización, con todas sus consecuencias de debilitamiento de las instituciones con que se había construido la democracia en los estados nacionales, sustentados en la soberanía nacional” (Redondo, Descouvieres y Rojas.2004. Equidad y calidad en la educación en Chile: Reflexiones e investigaciones de eficiencia de la educación obligatoria 1990-2001. Editorial LOM, Santiago, Chile)


Este paso al nuevo sistema neoliberal instaurado en nuestro país por el Gobierno militar, tuvo y sigue teniendo consecuencias que los chilenos aún no podemos superar, entre ellas destaca la supremacía de los "derechos" económicos por sobre los derechos sociales. Al pasar a tener la empresa y la productividad un lugar central en la planificación nacional el conocimiento pasó a tener una relevancia que, sin duda, no esperaba, pues se le consideró como un arma casi tan fuerte como la misma materialidad en la construcción de una entidad económica. “El conocimiento impulsó la invención tecnológica, los instrumentos de ésta dieron fuerza extraordinaria a la producción del conocimiento, generándose una interacción holística. Este fenómeno, jamás antes visto, dio centralidad a la educación en el proceso de desarrollo económico, y desde la teoría económica ésta apareció como valor agregado a la producción” (Redondo, Descouvieres y Rojas.2004. Equidad y calidad en la educación en Chile: Reflexiones e investigaciones de eficiencia de la educación obligatoria 1990-2001. Editorial LOM, Santiago, Chile).

En otras palabras con la Constitución del 80 y con la LOCE se dio un gran salto, un salto que logró conjugar dos conceptos y por sobre todo fenómenos que no deberían mezclarse, se habló desde entonces del MERCADO EDUCATIVO. Y aunque los términos no son excluyentes, claramente resultan ser al menos incompatibles. Este volver la educación en un mercado, o más fríamente en un negocio es la consecuencia que vivimos hoy. El tener enseñanza municipal, subvencionada y privada acentúa las diferencias de clases sobre todo cuando la primera no logra alcanzar los niveles de calidad de la última, del mismo modo la libertad de enseñanza que se ha dado en la educación superior – el gran número de universidades privadas- ha debilitado la educación pública, convirtiéndose con ello la universidad en una serie de alternativas en donde elegir, siempre y cuando tengas dinero, y si no lo tienes, pues para eso están los bancos.



Este raciocinio es el mismo que se utiliza en el mercado, en cualquier tipo de negocio, y en ese aspecto, si estamos hablando de transferencia de bienes o servicios a cambio de dinero, está todo bien, no obstante, la educación no es ni debe ser entendida como un servicio, sino por el contrario es preciso que se le reconozca como un derecho.
Pero el Estado chileno no reconoce a la educación como un derecho que deba ser garantizado por ellos, sino por los padres, hecho que tiene como consecuencia la pésima calidad de la educación de nuestro país, la enorme diferencia entre la educación pública y la privada, y por supuesto una inequidad que a pesar de la inyección de recursos, sólo ha crecido en los gobiernos de la concertación.



El mal del chileno: que lo hagan los otros

Los índices de lectura de un país son el fiel reflejo de la buena o mala calidad de la enseñanza; Chile es uno de los países de Latinoamérica con el menor índice lector, un estudio realizado por Adimark y la Fundación Fuente el año 2006 revela que el 45% de los chilenos adultos no lee absolutamente nada, en tanto los lectores frecuentes- entendiéndose en esta categoría las personas que dedican algún tiempo a la lectura en la semana- alcanza sólo un 21%. Ciertamente no bastan sólo los tratados de libre comercio ni las alianzas estratégicas para lograr el desarrollo, y es más, resulta bastante difícil integrarse a los países del primer mundo teniendo en vigencia una Constitución que fue creada en una dictadura y que nos legó una serie de directrices que solamente nos están encerrando en un laberinto sin salida.

Es por ello que el tema de la educación en Chile debe estar en el centro de cualquier discusión política y académica, y también en la sobremesa, porque está lejos de ser un asunto que involucre solo a la clase política, al contrario es un tema país, que nos incluye a todos y cada uno de nosotros. Y eso es precisamente lo que el movimiento pingüino del 2006 nos quiso hacer entender, es deber de todos los chilenos mejorar la educación, más allá que muchas veces ni los mismos estudiantes tengan claro por qué protestan, es preciso que los chilenos como ciudadanos con derechos que vivimos bajo una democracia nos volvamos participes de promover un cambio a la educación, un cambio a largo plazo y de calidad.

Y esta transformación debe venir, en una primera instancia, del Gobierno y toda la clase política, pero también de quienes practican diariamente el arte de educar y ser educado. profesores y alumnos- y por supuesto, del Estado que debe, o debería ser el encargado de garantizar una educación de alta calidad para todos los chilenos.


LEGE: Sólo un cambio de nombre

El vocero de Gobierno Francisco Vidal declaraba a La Nación: "No puedo entender que gente como Gajardo, como los dirigentes del Colegio de Profesores, quieran retirar una ley que cambia, deroga, sepulta la ley de Pinochet", Pues bien ciertamente ni estudiantes ni profesores desean que permanezca la LOCE, sin embargo, si pensamos que luego de 18 años de democracia recién se está logrando derogar esta ley, es evidente que los miembros del mundo educacional pretendan que el estatuto que venga a reemplazarla cambie la gran debilidad de la educación en Chile: la calidad y la gratuidad. Dado que nadie quiere esperar otros 18 años para que la enseñanza en nuestro país llegue a parecerse un poco a la de los países desarrollados.



Es en este aspecto donde radican las protestas de estudiantes y profesores, más allá que unos y otros no pongan todo de su parte, ambos grupos saben que ahora es el momento de luchar por el cambio y esa lucha debe ser en las calles, con protestas, es así como históricamente se hace escuchar la voz de los ciudadanos, y no me refiero a violencia, sino al derecho a manifestarse que tienen todos los habitantes de un país democrático: Los chilenos deben olvidar el miedo que nos heredó la dictadura militar, la misma Ministra de Educación Mónica Jiménez de la Jara declaraba en Tolerancia Cero que no es en las calles donde se solucionan los problemas, y ciertamente no lo es, pero es en las calles donde los ciudadanos hacen escuchar su voz, fue mediante las protestas en la calle que ganó el NO, y fue también en la calle que los secundarios pusieron a la educación en la agenda del gobierno de Bachelet.

Las dos indicaciones que se le hicieron a la LEGE han causado tanta o más batahola que la misma ley debido, principalmente, a que la derecha chilena teme precisamente que se pretenda acabar con el mercado educativo. Temor que podría resultar bastante poco entendible si las analizamos, pues una de las indicaciones tiene directa relación con el fortalecimiento de la educación pública y la otra está ligada con el acortamiento de cuatro a un año en el plazo para que los sostenedores se ciñeran a las exigencias de la nueva ley en términos de llegar a un giro único. No parecieran ser tan complejas las indicaciones como para que la oposición amenace con rechazar la ley, sin embargo la advertencia está en pie.

En este sentido cabe entonces preguntarse ¿Qué es lo que se esconde tras esta negativa de la Alianza de aprobar la LEGE?, Alejandro Guiller planteaba en Tolerancia Cero que tenía la sensación que había algo escondido, algo que la derecha no quería reconocer, y es que quizás en este sentido el Presidente del Colegio de Periodistas de Chile tenga razón, al decir que puede ser que la Alianza tema que con este fortalecimiento de la educación pública se puedan introducir aspectos en la ley que vayan en desmedro de la libertad de enseñanza. Libertad que tanto desean defender, incluso proponiendo como solución a la disyuntiva crear más universidades para que sean más los jóvenes que puedan estudiar, siendo que el problema de la educación chilena no está en la cantidad, sino precisamente en la calidad. Más universidades sólo serían más negocio, más ganancias, pero no implicaría necesariamene mejor educación.


El arte de educar

Otro aspecto que no se puede dejar de analizar es el que tiene relación con el profesorado, y en este sentido el tema da para un gran análisis. Partamos por mencionar que la pedagogía en Chile hace varios años ya que está- por decirlo de alguna forma- devaluada, la profesión de profesor ha dejado de tener la importancia de antaño y ha pasado a ser una alternativa para quienes no obtuvieron mejor puntaje, la calidad de enseñanza que se imparte en las universidades a los futuros educadores no es siempre la adecuada, con lo cual la preparación en los colegios y liceos no es tampoco la mejor, generándose así un círculo vicioso que pasa a ser aún más complicado con el estatuto docente, las evaluaciones y el sueldo que reciben los profesores.



Educar es un arte, en las manos de esos hombres y mujeres están nuestros hijos, nuestros nietos, en sus manos está la posibilidad de un futuro mejor, de un país distinto, por ello es preciso darles el sitial que se merecen, devolverles la importancia que jamás debieron perder y mejorar la enseñanza que ellos mismos reciben, sólo así lograremos tener mejores resultados en la enseñanza básica y secundaria, y por ende en la misma educación superior.

No obstante lo anterior, la única forma de mejorar es poder evaluar y eliminar a aquellos docentes que no estén a la altura de las circunstancias, y para que aquello ocurra es necesario cambiar el estatuto docente, dado que no es posible que los profesores mal evaluados no puedan ser despedidos, pues de esa forma sólo se continuará con la herencia de una educación de mala calidad, es preciso eliminar las manzanas podridas para mejorar, es decir, no podemos creer que si todo un curso obtiene mala calificación la culpa no es de los profesores, no podemos perpetuar en la enseñanza a personas que no tienen ningun interés en mejorar, los profesores deben poner su grano de arena, deben dejar de proteger a las manzanas podridas; en este sentido es preciso que tanto la clase política, como los profesores y los mismos estudiantes pongan de su parte; ya lo hemos dicho, la educación es una relación dialéctica multidireccional que no funcionará bien sólo con buenas leyes, sino que necesita también de una praxis interactiva y que fomente el pensamiento critico y la lectura, así como el diálogo.



El Estado debe hacerse cargo: No al castramiento mental


Seguramente más de algún chileno ha criticado alguna vez las protestas estudiantiles, quizás alguno de ustedes alguna vez ha dicho "reclaman por todo", "ahora quieren todo gratis estos niñitos". Y sin duda, más de alguna vez han visto que las protestas terminan en tanta violencia y desmanes que ni siquiera se interesan por averiguar si el fondo de las manifestaciones vale realmente la pena. En este sentido no se puede negar que muchas veces la inmadurez de algunos estudiantes enturbian las protestas, del mismo modo que no podemos olvidar que cuando éstas han querido ser pacíficas los hechos de violencia se han repetido igualmente, gracias a la intolerancia de algunos miembros de la fuerza pública.



Pero más allá de estos episodios, no es posible reducir las manifestaciones del mundo estudiantil a un mero capricho, el movimiento pingüino del 2006 no fue un capricho, del mismo modo que las movilizaciones actuales no lo son. Lo que ocurre es que para la clase política en general el tema de la educación es complicado, pretender cambiar el sistema es un desafío que la Concertación no puede realizar sola, y claramente la alianza no está dispuesta a apoyarla, son demasiados los intereses económicos que están en juego y el empresariado no está pronto a perder la gallina de los huevos de oro. Es lo mismo que ocurre con el sueldo mínimo, si lo suben se escucha inmediatamente la advertencia de: va a aumentar la cesantía. Señores estamos atados de pies y manos en todos los sentidos, nadie pide un gobierno comunista ni un estado subsidiario, pero sí debemos pedir que los derechos sociales se respeten, que haya un equilibrio entre el empresariado y los ciudadanos, y para que ello se amplíe a todos los aspectos de la vida cotidiana, es preciso partir por entender que la educación no es una mercancía, y eso sólo se va a lograr el día en que todos los chilenos nos atrevamos a exigir que se nos respete como entes sociales, y no como simples consumidores.

No es necesario esperar que un hijo o un conocido no pueda estudiar para promover el cambio, hay que hacerlo antes, antes que ese chico inteligente no haya podido estudiar medicina porque no le dieron el crédito que necesitaba.

El jueves 19 de junio se aprobó la idea de legislar en la cámara de diputados,sin duda, es una gran derrota para todos aquellos que esperaban que de una vez se diera en Chile el primer paso para optar a una educación de calidad. Aunque hay que destacar que hubo algunos miembros de la concertación que se atrevieron y votaron en contra, como el caso de Marco Enriquez Ominami.

La guerra no está perdida, aún se está a tiempo de fomentar el cambio, los estudiantes y los profesores ha dicho que no dejaran de manifestarse, es de esperar que a ellos se unan el resto de los chilenos, pues no es necesario que esté explicitamene escrita en la ley la palabra LUCRO, para asegurar que el nuevo estatuto está lejos de hacer un cambio real en la educación chilena, muchas veces una omisión puede traer más problemas que una afirmación.


Finalmente, y centrándonos en el problema en cuestión y no solamente en la ley a aprobar, no dejemos de recordar que la educación es una relación dialéctica, lo que en otras palabras signnifica que depende de todos y cada uno de nosotros, si se hace una buena ley, es necesario se derogue el estatuto docente y se mejore la calidad de los profesores y la disposición de éstos a enseñar, del mismo modo si estos apectos se solucionan los alumnos deben estar dispuestos a dar lo mejor de sí, a autoexigirse al máximo, a hacer más trabajos, a tener una posición pro activa, a participar en clases y a no reclamar si les hacen leer tres libros en el mes. La tarea es de todos y el cambio necesario depende de todos, no deleguemos la responsabilidad sólo en los que gobiernan y partamos por cambiar la forma de pensar, de otro modo, ni la mejor ley logrará que Chile tenga una mejor educación.


Protesta Valparaíso

A veces una imagen vale más que mil palabras, a continuación algunas fotografías de la marcha que se realizó en Valparaíso en contra de la aprobación de la LEGE.




Profesores universitarios y secundarios salierona las calles a protestar




Una masiva movilización que se tomó las calles de Valparaíso

lunes, 21 de abril de 2008

PROHIBICIÓN DE LA PÍLDORA EN CHILE: UN NUEVO CASTRAMIENTO MORAL

¿Y CUÁNDO ELEGIMOS NOSOTROS?

El Tribunal Constitucional (TC) prohíbe la distribución de la píldora del día después en todas las entidades públicas- aunque no en las privadas- por considerarla abortiva, y por ende, inconstitucional.

Sí, no hay ningún error en lo que acaban de leer, y sí, no se han equivocado de época, esto ocurre en Chile el año 2008. Aunque quizás tengan algo de razón si están pensando que esta prohibición estaría mucho más acorde a la época inquisidora, en donde la “Santa” Iglesia Católica dictaminaba cómo debían pensar y actuar tanto sus feligreses como todos los demás habitantes del orbe.

Hace algunos días los chilenos y chilenas hemos sido testigos atónitos de una resolución que simplemente coarta nuestro libre albedrío, nuestra capacidad de decidir por nosotros mismos. El que no se pueda distribuir la píldora del día después en las instituciones públicas es un hecho que marca precedente en nuestro país, un precedente que, ciertamente, no es nada alentador, ya que claramente estamos girando hacia unas formas de pensar y actuar demasiado cercanas a la derecha, demasiado cercanas a un conservadurismo que en todos los países que se ha instalado a lo largo de la historia, ha dejado marcas catastróficas; pareciera ser que estamos olvidando la historia…pareciera ser que nos estamos condenando a repetirla.


¿David y Goliat?

La distribución o no de la píldora es un tema que contiene un trasfondo mucho más oscuro de lo que el común de los chilenos pueda imaginar, no se trata solamente de -como los parlamentarios de derecha han querido destacar- no darla a menores de edad sin el consentimiento de los padres, ni siquiera se trata realmente de si la píldora es abortiva o no. Lo que verdaderamente ocurre aquí señores es una guerra de titanes, un conflicto que es tan largo como lo es la historia del mundo, quienes apoyan la píldora se están enfrentando al mayor poder que ha conocido esta tierra, a aquel Estado que ha sobrevivido a todas las crisis, estamos luchando contra el máximo poder hegemónico, contra la institución que más se empeña en mantener el establishment, me refiero a la Iglesia Católica.

Ocurrió en su época con la penicilina (la iglesia se declaró en contra de su utilización), ocurrió con las pastillas anticonceptivas y ciertamente está ocurriendo hoy con la píldora del día después. La Iglesia Católica como el ente representante de Dios en la tierra debe guiar a su rebaño por el camino correcto, y un buen católico, un verdadero creyente no debe utilizar los métodos de anticoncepción porque atentan contra la vida, más aún la píldora que según esta institución es claramente abortiva. ¿Claramente?, bueno ese es un punto que explicaré luego.

Inquisición en el siglo XXI

¿No han notado ustedes queridos compatriotas que desde hace un par de años nuestro país se está tornando más conservador?, ¿no han notado que nuestros sacerdotes están interviniendo cada vez con mayor ímpetu en las decisiones políticas que tienen que ver con lo moral? Los que van a misa, ¿no han notado que las predicas se tornan un poquito más duras?... Se han preguntado a qué se debe este casi imperceptible cambio.

Si no lo han hecho, pues les doy la respuesta: a que hubo cambio de mando en el mayor Estado del mundo, el Estado Vaticano. Muere Juan Pablo II y asume Joseph Ratzinger, el actual papa Benedicto XVI, quien desde 1981 se desempeñó como el Guardián de la Doctrina de la Fe (organismo que en otros tiempos era conocido como la Santa Inquisición ). Su postura ultra conservadora llegó a cambiar el manejo de la iglesia, contrario por tradición al aborto, los anticonceptivos y la homosexualidad, su visión se está imponiendo en el interior de la Iglesia Católica, y por ende, en todos aquellos países en que esta entidad tiene una posición predominante.

Es ésta la razón por la que la distribución de la píldora en Chile se haya prohibido, la Iglesia ejerce y ha ejercido siempre un gran poder en nuestro país. Una cosa es que tengamos una ley de divorcio y otra muy distinta que se permita la entrega gratuita de la píldora “abortiva” a quienes la requieran. Puede haber dejado pasar la iglesia el divorcio, pero la píldora es un tema con el que claramente no transará.

¿Totalitarismo Estatal o Autoritarismo Moral?

Los miembros del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile declararon: "son numerosas las instancias científicas que consideran que este compuesto puede tener efectos abortivos en alguno de sus niveles de acción; que su distribución puede revestir un atentado contra la vida que se inicia desde el instante mismo de la concepción" (¿Hacia Dónde Camina Chile?, 07/09/2006 disponible en http://documentos.iglesia.cl/documento.php?id=2426)


Lo contradictorio es que en el mismo documento y en alusión a la resolución del Gobierno chileno que obligaba a las entidades públicas a distribuir la píldora del día después, los obispos declararon que: “El documento normativo recuerda a políticas públicas fijadas en regímenes totalitarios que pretendían desde el Estado regular la vida íntima de las personas en función de criterios autoritarios, no consensuados, y reñidos con el respeto a la dignidad de la persona humana”. Se hace necesario en este momento hacer evidente la pregunta que, seguramente, más de algún chileno o chilena se ha hecho en estos días ¿no es totalitario, acaso, no permitir la distribución de la píldora del día después a todas las mujeres chilenas, por el simple hecho que es contrario a la forma de pensar de la Iglesia Católica? ¿No es acaso totalitario imponer la visión que esta pastilla es abortiva, bajo la consideración que en ese momento las células unidas (supuestamente unidas) conforman un ser humano con alma?

No es la idea aquí entrar en la discusión teológica y filosófica de la existencia del alma, tampoco es la idea atacar a la Iglesia Católica ni a quienes siguen sus dictámenes, lo único que se pretende es dejar que sean las propias mujeres basadas en las pruebas científicas y en directa relación con su conciencia, las que decidan si están abortando o no, porque, aunque puedan argumentar que esta es una decisión que fue tomada por el TC, es igualmente poco consensuada, pues no podemos dejar en las manos de unos pocos una decisión que va más allá de la Constitución, que tiene que ver con la esencia misma de la democracia y más aún con la naturaleza del ser humano en tanto ser libre pensante; quizás lo más equitativo sería permitir que este tema lo decidan los chilenos y chilenas mediante un plebiscito, sin embargo, para ello deberíamos cambiar nuestra actual Constitución que fue creada en un gobierno de facto…pero ese es tema para otro largo debate.

¿Abortiva? ¡No, no señores, no lo es!

Vamos pues a la evidencia empírica, escuchemos la voz de los científicos. El doctor y experto en fertilidad, y uno de los creadores del implante subcutáneo que permite a las mujeres olvidarse de las pastillas anticonceptivas, Horacio Croxato, quien lleva más de 50 años investigando la reproducción es enfático al declarar que la píldora no es abortiva, debido a que “Sólo funciona cuando se toma antes de la ovulación e interfiere con la salida del óvulo desde el ovario. Por eso hay que usarla lo antes posible luego de la relación sexual”.

En una entrevista realizada a la Revista Paula (http://www.paula.cl/blog/entrevista/2008/03/05/horacio-croxatto-lobo-de-laboratorio/) este científico chileno declara: la píldora del día después no es ciento por ciento eficaz: por ejemplo, si tiene que prevenir 16 embarazos, sólo lo hace en 10 casos. Hay gente que todavía no incorpora eso a su razonamiento: si fuera ciento por ciento eficaz, necesariamente tendría que ser abortiva. La razón de que no previene todos los embarazos es porque sólo los previene cuando se toma antes de la ovulación Es decir, antes que se junte el espermio con el óvulo, lo que dejaría tranquilos a los cientos de chilenos que creen que una vez fecundado el óvulo ya hay vida. Puesto que el mismo Croxato afirma: “la píldora no sirve para nada si el embrión ya se formó”.

En este mismo sentido el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva y la Asociación de Protección de la Familia (APROFA) liderada por Guillermo Galán, coinciden en que la píldora no es abortiva. Galán plantea que “su opinión no se sustenta en creencias religiosas ni personales, sino que en investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyeron que la píldora es un método anticonceptivo que no tiene efectos nocivos contra la salud. Más aún, los miembros de estas entidades, ginecólogos que han recetado la píldora y mujeres que la han utilizado concuerdan en que ésta no es abortiva, y que si se toma durante el embarazo no produce el aborto, ya que su principal componente el levonorgestrel es progesterona sintética, y la progesterona es una de las hormonas que mantiene el embarazo; ahora bien si es utilizada después de una relación sexual sin protección lo que ocurre es que impide la ovulación “durante la fase lútea y el embarazo” (información disponible en http://www.icmer.org/).

Quienes luchan contra la píldora sostienen que ésta es abortiva debido a que actúa una vez que se formó el cigoto (lo que para ellos indica que hay vida, por ende, alma) sin embargo, la OMS el mundo científico en general, demuestran con pruebas concretas que la píldora actúa antes de que se produzca la fecundación, por lo tanto, no sería abortiva. Y es más, existen mujeres que han utilizado este método de emergencia y han quedado embarazadas, lo que demuestra nuevamente que la píldora no es abortiva.

La pregunta cabe hacérsela nuevamente, ¿dónde está el problema con este método de anticoncepción? ¿Se prohíbe porque es abortiva o se prohíbe porque aceptarla implicaría ir en contra de lo planteado por la Iglesia? Es más, en qué pensaban los parlamentarios de derecha al proponer este debate, ¿pensaban realmente en defender el derecho a la vida, o acaso estaban más preocupados de implantar su visión moral todos los chilenos?

Nuevamente la equidad

Finalmente dos aspectos que no pueden dejar de tocarse en este tema, uno la equidad, puesto que esa famosa igualdad de la que tanto hablan nuestros políticos se vuelve cada vez más difusa, dado que hoy si una mujer tiene relaciones sexuales sin protección si es pobre no podrá evitar un embarazo no deseado, en cambio si esta mujer pertenece a una clase acomodada, ABC 1 quizás, podrá comprar la píldora y evitar así traer al mundo a un niño no deseado.

Y es en este sentido donde se produce una verdadera crisis política que no hace más que demostrar que quienes están en el parlamento no logran racionalizar que la democracia implica equidad, y que más aún el Estado de Chile está en la obligación de velar por los intereses de todos los chilenos, lo que justifica la posición tan criticada de la Presidenta Michelle Bachelet quien plantea que la decisión del TC es “un retroceso en términos de equidad”, dado que ella es presidenta de todos los chilenos, católicos o no.

Es un retroceso en la democracia, en la libertad de decidir por nosotros mismos, es un sútil castramiento moral. Pero no todo está perdido,al menos nos queda una esperanza… la píldora no ha sido prohibida en el sistema privado, aunque claro, las mujeres más pobres de Chile no podrán acceder a ella, lo que confirma una vez más que la derecha de nuestro país no busca de ningún modo lograr la igualdad, sino al contrario, permiten y avalan que prime el sistema de mercado, la supremacía del dinero, .

¿Y si fuera tu hija?

Y por último está el caso de las violaciones, un hecho que ciertamente atenta contra toda dignidad humana, contra toda preocupación por los derechos de las mujeres que son víctimas de un acto tan deleznable. Puesto que gracias a los 36 parlamentarios de derecha, gracias al TC y gracias a nuestra querida Iglesia Católica si una mujer, si una niña de clase baja o media es violada, no podrá optar al derecho de evitar tener en su vientre durante nueve meses al producto de un acto que arruinó su vida, que vulneró su dignidad e integridad de mujer, no podrá evitar el embarazo simplemente porque unos cuantos consideran que es atentar contra la vida y la dignidad humana, como si una violación no fuese un atentado tanto o más repudiable que un aborto inexistente.

Lo que ha ocurrido en Chile es un hecho que marca precedente en cuanto nos encamina a una senda de conservadurismo, de castramiento sicológico, de una dictadura moral en plena democracia, pero puede ser también un factor que marque precedente si las mujeres chilenas logramos hacer valer nuestro derecho a elegir si deseamos tener o no un hijo, a elegir si debemos o no llevar en nuestro vientre a un ser que nos recuerda un atropello sexual, sin ser llamadas por esa capacidad de elección, asesinas. Y ¿cómo puede ocurrir esto?, ejerciendo el derecho que nos da la Constitución a protestar. Quizás este sea un paso para que los movimientos sociales en Chile despierten, quizás esté en manos de las mujeres el cambiar el alarmante rumbo que está tomando nuestro país. O quizás sólo sea una quimera y el día de mañana tengamos que explicarle a una adolescente que debió cargar con un embarazo producto de una violación, que esto ocurrió sólo porque unos cuantos deseaban demostrar que ellos siguen teniendo el poder en sus manos, y porque ni los medios de comunicación, ni las mujeres fuimos capaces de hacer algo por evitar que decidan por nosotras. La decisión está en nuestras manos, es hora de actuar.